martes, 3 de marzo de 2009

Resumen del tema "Psicosis"

PSICOSIS

En la psicosis, el inconsciente está en la superficie: es conciente. El sujeto psicótico ignora el lenguaje que habla.

El desencadenamiento de la psicosis es muy simple: cuando aparece un padre en el lugar ese, que estuvo forcluido, cuando aparece una existencia. Son momentos de desencadenamiento cuando hay algo del lazo social que intenta escucharlo. Se habla de forclusión: eso que no fue fruto de significación, de afirmación primordial, de la metaforización, lo que no estuvo ordenado por ley, eso que queda excluido, cuando retorna de lo real, ya no de la realidad psíquica del sujeto, sino de lo real como algo exterior y el sujeto vive esto como algo extraño. El sujeto está martilizado lo que ocurre es que cuando la estructura edifica no puede sostener la ley desde el lugar y la función paterna, por que la relación entre el chico y la madre provoque un efecto de discordancia, que la madre no auspicia al padre y forcluye al significante paterno. La forclusión significa que se “……….. “ al sujeto como efecto del significante. Se forcluye la relación de un principio ordenador que implica la prohibición del incesto.

¿Dónde va a parar lo que se forcluye en lo simbólico? Va a parar a lo real. En el mismo acto en el que el sujeto se aliena constituyéndose como inconsciente, se puede decir por un lado que se constituye el sujeto y que por orden de la relación del sujeto con el lenguaje, en el discurso familiar, el sujeto queda forcluido de lo real.

El sujeto forcluye en lo real al padre que es forcluido de lo real, es empujado al orden del lenguaje; de ahí en más comienza el sufrimiento humano.

Si en el psicótico, desde lo simbólico está forcluido, rechaza, la función del padre, nos quedaría el nombre del padre borrado y se establece una relación diádica.
Sino resuelve en lo imaginario, porque no hay un padre real, se debe resolver en un más allá de lo imaginario, en el infinito; el sujeto tiende a la infinitización de su ser; no hay limites, no hay acotamiento del ser, no sabe quien es. Alucinación, clínica de frases interrumpibles, delirio, “…….”, son una manera de arreglárselas para suplir esta ausencia del padre; puede ser también el sinthome: asirse a un hacer.

La psicosis no tiene prehistoria, lo único que se encuentra es que cuando, en condiciones especiales algo aparece en el mundo exterior que no fue primitivamente simbolizado, el sujeto se encuentra absolutamente inerme.

Se produce algo cuya característica es estar absolutamente excluido del compromiso simbolizante de la neurosis y que se traduce en otro registro, por una verdadera reacción en cadena a nivel de lo imaginario.

El sujeto, por no poder en modo alguno reestablecer el pacto del sujeto con el otro, por no poder realizar mediación simbólica alguna entre lo nuevo y él mismo, entra en otro modo de mediación, completamente diferente del primero, que sustituye la mediación simbólica por un popular, una proliferación imaginaria.
Podemos distinguir 2 tipos de fenómenos: las personas del silencio y los fenómenos de la palabra.

La alucinación es el fenómeno del silencio por excelencia. El sujeto alucinado es el sujeto que esta extasiado frente a lo que ve, por lo tanto necesita de la palabra, se aísla y se disocia, está anclado en el silencio, fascinado. La alucinación es una fascinación de lo real.

Cuando el sujeto se constituye, hay algo de las huellas anémicas que queda fuera de la represión originaria; eso puede retornar desde lo real como algo ajeno; le retorna como algo que no fue fruto de significación, que paso por la vía de la percepción, pero fuera de la apercepción, fuera de la significación. La alucinación define esencialmente la enfermedad del sujeto secuestrado del lenguaje, de la palabra. No es la ilusión, la remitencia de las idea, deliroides del obsesivo.
Alucinación es sobre-agregar al mismo campo receptivo, un objeto que es mas bien una puesta en escena del interior del sujeto. Es el fenómeno esencial. Los demás aparecen como intentos de curación.

Por otro lado hablamos de fenómenos elementales de la palabra: el delirio y la “……..”.
Con respecto al 1º, lo que hace el psicótico es una versión del padre. Trata de hacer una nueva versión del padre que no tuvo. Lo construye a través de una suplencia, suplencia de un lugar vacante en lo simbólico, estructurándolo, intentando curarse sol. El psicótico necesita del terapeuta como garante de su delirio e intenta deglutirlo en dicho delirio; lo que no debe hacer el analista es discutirle el delirio. El delirio es un juicio de atribución (a una existencia), es patológico y falseada, hay una perdida de la realidad. Es un punto de predicación que puede distorsionar la percepción del sujeto.

Hay una distorsión que significa un fenómeno de ilusión, de alucinación, o de pseudo alucinación. Para Freud, el delirio es un intento de curarse, una defensa ante la alucinación. Es un intento de restitución de lo que el sujeto perdió o no tuvo como realidad. Puede aparecer en forma de frases interrumpidas, en las que no esta completo para el otro lo que escucha, y donde a lo mejor el sujeto si lo ha completado en su cabeza. Allí el silencio se va colando y no adquiere una oración de significación total. Es una modalidad de ponerle límite al goce, al sufrimiento. La holofrase pude aparecer en aquellos discursos de frases interrumpidas. Esta tiene que ver con el significante que esta en juego en la neurosis, el significante uniano, único como punto de idealización, fundamento de toda causa. Se trata de la unión de pedazos de otras palabras que para el sujeto no significan nada; se puede recuperar aquella cadena cortada que quedo anclada en una frase o palabra, y descubrir su significación.

Lo ideal es “……….” La cura del psicótico en una dirección de la holofrase al delirio, del delirio al síntoma.

Se distinguen 4 modalidades de psicosis que detallaremos a continuación.

Paranoia
En esta enfermedad la relación del sujeto con el mundo es una relación en espejo.
El mundo del sujeto consistirá esencialmente en la relación con ese ver que para él es el otro, el mismo Dios.
En la formación “……….…” de la paranoia es llamativo aquello que merece el titulo de proyección.

Una percepción interna es sofocada y como sustituto de ella adviene a la conciencia su contenido, luego de experimentar cierta desfiguración, como una percepción desde afuera. Hay delirio de persecución que consiste en una desfiguración gracias a una mudanza de afecto. Hay una retirada de la libido del interés sexual. El carácter paranoico para Freud reside es que para defenderse de una fantasía de deseo homosexual se reacciona con un delirio de persecución. Son característicos el conflicto patológico, la defensa frente al deseo homosexual y el fracaso en el dominio sobre lo homosexual reforzado desde lo inconsciente.
El núcleo del conflicto en la paranoia del varón es la “………..” de la fantasía del deseo homosexual, amor al varón. Todas las formas principales de la paranoia pueden figurarse como contradicciones a una frase: “Yo (varón) lo amo (a un varón)”. El delirio de persecución, proclamado en voz alta consiste en: “Yo no lo amo-pues yo lo odio”.

Otro punto de arranque para la contradicción lo registra la erotomanía: “Yo no lo amo-pues yo la amo”; y la compulsión a proyectar imprime en la frase esta mudanza: “Yo no tono que ella me ama”. La ultima variedad de contradicción seria el delirio de los celos: “No yo amo al varón-es ella quien lo ama”. El delirio de los celos contradice al sujeto, el delirio de persecución al verbo, y la erotomanía al objeto. Hay una cuarta variedad de desautorización: “Yo no amo en absoluto y no amo a nadie” hay aquí una sobre estimación sexual del yo propio.

Al paranoico, se le presentan visiones de una naturaleza en parte horrorosa, en parte totalmente grandiosa, la convicción sobre una gran catástrofe, un sepultamiento: el fin del mundo. Este sepultamiento constituye la proyección de la catástrofe interior: su mundo subjetivo se ha sepultado desde que él le ha sustraído su amor. El enfermo ha sustraído de las personas de su entorno y del mundo exterior en general la investidura libidinal que hasta entonces les había dirigido. Con ello todo se ha vuelto indiferente. Él edifica todo esto “……....” por medio del delirio. Lo que nosotros consideramos la producción patológica, la formación delirante, es en realidad, el intento de reestablecimiento, la reconstrucción. El proceso de represión propiamente dicha consiste en este desasimiento de la libido de todo lo amado antes, pero es un proceso mudo: no se percibe, solo se infiere a partir de ciertos procesos.

La paranoia se distingue de las demás psicosis por que se caracteriza por el desarrollo insidioso de causas internas y de un sistema delirante, duradero e imposible quebrantar, que se instala con una conservación completa de la claridad y el orden en el pensamiento, la volición, y la acción. Su punto de partida es un elemento emocional de la vida del sujeto, una crisis vital que tiene que ver con sus relaciones externas (ya que constituye un delirio de relaciones, la significación del delirio según Lacan).

La “……….” Delirante es un fenómeno pleno que hará para el sujeto un carácter inundante, que lo colma. Le revela una perspectiva nueva cuyo sello original, es la lengua fundamental a la que su experiencia lo introdujo: la palabra es el alma de la situación.
El conocimiento paranoico es un conocimiento instalado en la realidad de los celos, en el curso de la identificación del estadio del espejo: es la base de rivalidad y competencia, lo que es superado en la palabra: la palabra es siempre pacto.
El fundamento mismo de la estructura paranoica es que el sujeto comprendió algo que él mismo formula, a saber que algo adquirió forma de palabra y habla. El paranoico testimonia acerca de la estructura de ese que habla al sujeto (el otro y la psicosis-Lacan).

ESQUIZOFRENIA

El esquizofrénico es esencialmente. Si habla es para ironizar. Su delirio no es sistematizado.

En la esquizofrenia el sujeto queda fuera del lenguaje, es un intento de volver a la etapa anterior a la de ser capturado en el lenguaje. El fenómeno elemental del silencio (alucinación) es el que usa el esquizofrénico; es el mecanismo esencial del esquizofrénico. La esquizofrenia en su máxima potencia es la catatonia, el autismo, la disociación fundamental, es la no relación socia. Esta allí con su cuerpo, puede llegar hasta la imagen y morirse por ello.

El esquizofrénico tiende a ubicarse en el lugar de Dios y en este caso no necesita hablar con nadie; por que el es TODO, el gran Otro, no es del lenguaje, no es simbólico, sino real. Esta allí, se ubica al lado del Gran Otro Real. Él al no estar dividido y al no tener la posibilidad fantasmática de relacionarse con los objetos se lo hacer real; la fantasía y el fantasma en lo real es la alucinación; aparece como visión o como algo que le es extraño. El sujeto esta sujetado a esta, capturado, raptado y secuestrado.

Esta hastiado, hipnotizado por aquello que le sobreviene: queda si palabras. Es aquel que sus palabras queda desconectada, el típico fenómeno de la esquizofrenia. Estos sujetos pueden llegar a la muerte sino hay algo que los cuide, los alimente, etc.

Para Lacan, la esquizofrenia es una dispersión de lo significante que representan al sujeto, que podemos atribuir al tipo de opacidad del significante binario. No hay represión sino forclusión.

Para el sujeto, es el cuerpo de lo simbólico que hace a un organismo un cuerpo de sujeto que se incorpora al organismo. El esquizofrénico se consagra, se “………..”. él se conecta con el cuerpo; cuando este cuerpo es tomado en lo simbólico, cuando incorpora lo simbólico, esa captura tiene un efecto sobre su goce. El goce retorna al cuerpo. Por ella, la esquizofrenia se deja ubicar en relación al discurso como no entrando en el; un discurso necesita de una impotencia, como Lacan dice, definida por la barrera del goce, que fue franqueada. El cuerpo esquizofrénico, aparece como consecuencia de una dialéctica desviada del sujeto, de una dialéctica en la que un significante esencial es forcluido. Aquí la libido-órgano es la clave de la separación en “posición del inconsciente”. La libido es la parte del organismo de la cual el sujeto se desliga en el momento de su separación; la separación en juego no es con el objeto: es la función por la cual el sujeto operando con su propia falta, se engendra así mismo. Al ser la metáfora paterna el principio de la separación, el fracaso de la metáfora paterna, se traduce por el fracaso de la operación de separación. Esta operación restaura la perdida original del sujeto. En la esquizofrenia no hay relación sexual, y ello debido al hecho de que un “……… …….. …………” que es el lenguaje y “…….. …… ….. “ es así mismo lo que para su cuerpo hace de órgano; órgano que, por así ex-sistirle, lo “……….” Con su función y ello antes de que la encuentre. Por eso incluso es reducido a encontrar que su cuerpo no deja de ser otros órganos y que la función de cada uno se le vuelve problema; el dicho esquizofrénico se especifica por quedar atrapado de ningún discurso establecido.
Hablamos de una significación generalizada del cuerpo; el paso de los órganos al significante es lo que, faltando su localización como castración sobre el falo (falo que significándose se separa de la realidad corporal, lo que constituye la castración) es lo que se denomina esquizofrenia.

MELANCOLIA

Para Freud, la melancolía se singulariza en lo anímico por una desazón profundamente dolida, una cancelación del interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amor, la inhibición de toda productividad y *……….*
en el sentimiento de sí que se exterioriza en auto reproches y auto denigraciones, llegando a una delirante expectativa de castigo. El mundo se ha hecho pobre y vació, lo cual también le ocurre al yo. Se hablaría de una pérdida de naturaleza más bien ideal: el objeto ha sido perdido como objeto de amor. Se trata de una perdida de objeto sustraída de la conciencia.

Hay en el melancólico una acusiante franqueza que se complace en el desnudamiento del si mismo. No importa si lo que dice o no, sino que interesa que el sujeto esta describiendo su situación psicológica. Ha perdido el respeto sobre si mismo.
Ha sufrido una perdida de objeto, pero en realidad en sus declaraciones surge una perdida en su yo.

Hay una parte del yo que se contrapone a la otra y la toma por objeto. La sombra del objeto perdido recae sobre una parte del yo y se opone al resto.
Lo que aquí se nos da a conocer es una conciencia moral, junto a la censura de conciencia y al examen de realidad.

Con respecto a los auto reproches, son verdaderas querellas; en realidad todo lo que dicen de sí mismos en el fondo lo dicen de otro, por lo cual no existe la vergüenza.
El proceso fue: hubo una ligadura a una persona, por un desengaño de parte de la misma, sobrevino un sacudimiento del vínculo de objeto. El resultado no fue quitar la libido del objeto y colocarla en otro, sino que esta se retiro sobre el yo.

La investidura de amor del melancólico en relación con su objeto ha experimentado un destino doble; una parte ha regresado a la identificación, otra, bajo la influencia del conflicto de ambivalencia ha sido trasladada hacia la etapa del sadismo, el mal revela el enigma de la “…………” al suicidio por parte del melancólico.
El yo solo puede darse muerte si en virtud del retroceso de la investidura de objeto, puede tratarse así mismo como objeto y dirigir contra si esa hostilidad.
Lacan habla de la melancolía como u deseo sin causa; solo hay una demanda del Otro; el otro lo quiere manipular, le exige reubicarse en la realidad. Esta es la formula de la pulsión.

El acto melancólico es una huida de la relación con los otros, es una perdida de la realidad. Si tratamos de pensar la estructura psíquica y sus modalidades de respuestas frente a los intentos de apresamiento que el sufrimiento y la muerte intentan con respecto al sujeto (es decir, los apresamientos del goce) tendremos que decir que el melancólico no es un sujeto del deseo, es un sujeto sujetado a las parcialidades y acotamientos del goce. Juega frente a esto, que lo quiere llevar a la muerte por medio de mecanismos que acotan, condensan, delimitan modos de estabilización frente al goce y al sufrimiento.

Al ser un sujeto que no puede hacer una relación de deseo con el objeto, se identifica con el objeto desechable, y cae (se suicida) por que queda allí el objeto excluyendo al sujeto como tal.

El sujeto sujetado a una ser querido, que no se diferencia del otro, puede llegar a querer sucumbir junto al otro.

Para Lacan, la melancolía es un polo irreductible en la psicosis; esta marcado como sujeto a la muerte. El sujeto enferma por identificarse con lo que no tiene valor. No es punto de idealización, no es ideal del yo.

MANIA

No tiene contenido diverso de la melancolía. El yo sucumbe a la melancolía y en la manía lo ha dominado y hecho a un lado. En la manía entra en juego el influjo externo por el cual un gasto psíquico grande mantenido por largo tiempo se vuelve por fin superflo. La manía es triunfo, quedando oculto para el yo eso que ha vencido y sobre lo cual triunfa. El yo vence la perdida de objeto y queda disponible el monto de contra investidura que el sufrimiento dolido de la melancolía había atraído sobre si, y había ligado, el cual se dirige vorazmente ala búsqueda de nuevas investiduras de objeto.

En la manía, el ideal del yo se disuelve temporaria mente en el yo, después de que lo rigió antes con particular severidad. El maniaco es un talante triunfal y de auto arrobamiento que ninguna autocrítica perturba, puede regocijarse por la ausencia de inhibiciones, miramientos y auto reproches.

El sujeto maniaco es el que habla muchas cosas con o sin sentido, pero habla y habla sin poder para. Hace, hace, hace, sin parar. No tiene límites. Está en el acto, negando toda posibilidad de inconsciente, por eso es que el acto se opone al inconsciente.

El maniaco cree que puede hacer lo que para otros es imposible: Ej
- meterse en el mar en un día muy feo, creyendo que va a poder volver.
- creer que puede volar y se larga.

Repite estos actos que lo ponen al borde de la muerte, hasta que una de esas efectivamente se muere.

No piensan en las consecuencias.

Entonces, la manía es un intento de defensa frente al acto, para que el acto se produzca y no que él se lo produzca, pero va hacia la muerte. Que un OTRO REAL lo mate y no que él se produzca el acto.


PERVERSIÓN

El problema de la perversión, fue largamente tratado por Freud a través de una serie de artículos.

“La escisión del yo en el proceso defensivo”.

“Fetichismo”.

“La organización genital infantil…
y todos los casos que se presentan como homosexualidad femenina o masculina que aparecen en su obra.

Marcaremos algunas diferencias entre lo que es perversión homosexual y homosexualidad.

La homosexualidad desde el punto de vista de Freud es un síntoma, pero ¿Qué fantasma lo sostiene?

El problema es pensar como se estructura el fantasma. El perverso va en dirección a su objeto, pero se puede desviar del objeto.

¿Qué pasa con su fantasma? ¿Que pasa que puede desplazar el objeto sexual?
¿Por qué puede ser para él excitante el zapato una mujer y no sus genitales?
La perversión ha servido primeramente para reconocer y describir ciertas formas de desviación del instinto sexual con respecto a una norma:

La norma es:
ACCESO AL ORGASMO POR PENETRACIÓN GENITAL CON UNA PERSONA DEL SEXO OPUESTO.
Esta ley de la prohibición del incesto implícita. Sobre la base de tal definición, ha sido posible describir las conductas que se apartan de ella.

Son entre otras:
Pedofilia, Bestialidad, Sodomía y los casos en que la excitación sexual y el acceso al orgasmo se hallan sometidos a ciertas condiciones rituales: Fetichismo, Travestismo, Voyeurismo, exhibicionismo, Sado-masoquismo.

Rasgos y estructuras de perversión
Como rasgos de perversión, Freud define a la homosexualidad como síntoma, dado que se puede presentar tanto en la neurosis como en la psicosis. Y seria un efecto, como acto, de renegar la diferencia sexual anatómica de la siguiente manera:
En la neurosis el niño tiene su primer encontronazo con la diferencia sexual anatómica al descubrir que no hay pene en las niñas, ni en la madre y por lo tanto queda inmediatamente ubicado en que hay quienes no tienen y existiría la posibilidad de perderlo; esta es la amenaza de castración que produce angustia.

¿Qué salida se le da al castración?
O bien se reprime y la ley de diferencia de los sexos aparecería como efecto producto de la ley paterna “No te acostaras con tu madre” y entonces aquí hay una asunción de la ley de prohibición del incesto y por lo tanto una aceptación de que este representante de la ley –el padre- puede ser una figura castradora en términos de que puede obturar con ese acto castrador, la posibilidad de que se realice lo que está prohibido; y entonces reprime y en este juego de identificaciones puede luego posponer para elegir a alguien del otro sexo, aceptando la diferencia (que no sea ni mama ni papa) estructurando su fantasma que seria el sujeto dividido deseando en los semblantes del objeto las características que pudieron significar las figuras parentales esenciales, pero no a ellos como tal.

Por eso cuando encuentra en el otro algo, se encuentra con los limites que eso significa, no puede actuar el Edipo.

O bien con un intento de oponerse al inconsciente que como reprimido esta sosteniendo que al haber represión hubo diferencia sexual anatómica y una aceptación de la ley-el deseo circula, por que puede desear incluso lo prohibido. Si descansa en la neurosis, en el acto homosexual el sujeto ocupa el lugar (por ejemplo varón) de mujer y por lo tanto elige la mujer con pene.

Es decir de esta manera niega o reniega la diferencia sexual anatómica.
El efecto es: no hay diferencia. Tiene pene y aquel que esta en posición pasiva, también lo tiene, o a la inversa porque es intercambiable el acto homosexual.

Hay que poder diferenciar también en la neurosis, cuando se asienta esta homosexualidad que es actuada, por que puede estar ligada a actos perversos hasta llevar a algunos de ellos a la muerte.

En este caso, para arreglárselas con la angustia y con lo que esta represión significa, se plantea como síntoma.

Fuente: un compañero por mail

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