viernes, 8 de agosto de 2008

Las crisis en psicoanálisis (Rudy)

PROFESOR DOCTOR KARL PSÍQUEMBAUM

El concepto de "crisis" en psicoanálisis ha ido variando con el correr de los tiempos de sesión y las elucubraciones teóricas pertinentes: no es lo mismo una crisis al iniciar la sesión, provocada, por ejemplo, por la ausencia del paciente, que una cri-sis al final de la sesión, una vez que el paciente ha manifestado explícitamente que no pagará nuestros honorarios ese día.

Pero vayamos al seguimiento histórico. El propio Freud fue protagonista de varias crisis. La primera fue en ocasión de su ruptura con la hipnosis, que llevó a cabo con un chasquido de sus dedos que le hizo olvidar todo lo que había investigado acerca de ese tema hasta el momento. Luego Freud rompió con la catarsis, en un violento estallido de cólera que le permitió aliviarse y continuar con sus estudios acerca del inconsciente. Posteriormente rompió con Jung, cuando éste lo denominó "arquetipo del autoritarismo", a lo que Freud respondió que hiciera con su madre lo mismo que Edipo hizo con Yocasta.

Luego Freud se encierra a estudiar y allí elabora el concepto de narcisismo. Finalmente, según estudios no muy fundamentados, estuvo a punto de romper consigo mismo (esto se desprende de textos que se le atribuyen apócrifamente, como "Yo, no-yo, ¿y a mí qué?", "Entre el yo y el superyó me quedo conmigo" y "La escisión del yo y sus consecuencias legales", donde se plantea un caso de esquizofrenia en la que una parte del yo escindido reclama la posesión del automóvil. Estas obras pertenecen en realidad a otros autores que han quedado reprimidos de la realidad psicoanalítica).


Como vemos, en la época de Freud las crisis del psicoanálisis pasaban por la conceptualización teórica, y no por la escasez de experimentación clínica dignamente remunerada (léase pacientes), como ahora.

Esta variación del concepto de crisis también puede ser explicada desde diversas vertientes. Hay quien explica el tema señalando las condiciones en las que operó Freud, y propone como solución trasladarse a Viena, y, de ser posible, al siglo XIX. Otros, en cambio, aclaran que lo que pasaba es que en la época de Freud había muchos menos analistas que ahora. Wolfgang Apfelstrudell, en su libro Pacientes eran los de antes (Patientes über Alles, en la edición alemana), nos describe esta situación: "Antes de Freud era muy difícil conseguir psicoanalista. Una persona quería atenderse, estaba dispuesta a recostarse en el diván, pagar los honorarios, que lo derivaran, en fin, cualquier sacrificio para analizarse, y nada, no se conseguía ni uno, ni por casualidad. Por suerte Freud percibió esta verdadera falla social y le puso remedio. A partir de él, todos los pacientes que quisieran analizarse podrían hacerlo y, si no lo hacían, se debería a algún tipo de resistencia, sin duda".

A partir de textos como el de Apfelstrudell, recordado entre sus pares y pacientes porque sus interpretaciones dejaban un dulce sabor en la boca, uno puede colegir que antes era otra época.
Ahora las crisis en psicoanálisis tienen un común denominador: el lugar del paciente. Es en este punto en el que se produce el vacío teórico al no poder conceptualizar el vacío práctico, que tanta angustia produce, y remite a un tercer vacío transferencialmente ubicable en el bolsillo del analista, que ha sido abandonado por su paciente tal como el mismo paciente fuera abandonado por su propio poder adquisitivo.

En su conocido texto "¿Quisiera alguien recostarse en mi diván?", Pier Paolo Psicozzi nos comenta el tema con crudo realismo: "El paciente está pasando a ocupar la fantasía inconsciente, consciente y pudiente del analista. Muchos profesionales han debido aplicar su herramienta de trabajo a otras disciplinas. Por ejemplo, la sociología: hay analistas que alquilan su diván a personas desalojadas que no tienen donde dormir. Otros han ido más lejos aún, y lo alquilan a parejas, por turnos de cincuenta minutos. Si los locatarios así lo desean, el servicio se transforma en 'especial' agregando el analista un número vivo en el que les relata fantasías eróticas sumamente excitantes para ponerlos en clima".

Como puede desprenderse de una lectura entre líneas de este texto, el concepto de "paciente difícil de encontrar" ha llegado a la teoría. Podríamos aquí recordar un viejo concepto psicoanalítico, aquel que sugiere que los poetas saben adelantarse a los conocimientos científicos. Se trata en este caso del chileno Pablo Neruda, quien supo percibir con especial nitidez lo que ocurre en una relación terapéutica en la que el constante silencio del paciente presagiaba un pronto abandono del tratamiento. Así pensó Neruda: "No me gusta cuando callas, porque estás como ausente". Luego el "no" fue interpretado como una negación del conflicto y quitado del verso, en una elaboración secundaria del mismo.

Decimos entonces que en la actualidad las crisis pasan por la escasez, por la falta, como diría un lacaniano, o bien un kleiniano que tampoco tuviese pacientes. Es entonces función de los psicoanalistas intentar explicar las crisis o dedicarse a otra cosa; o bien intentar explicar las crisis y dedicarse a otra cosa.

Podemos pasar ahora a ver los distintos caminos que tomaron diversos analistas frente a la crisis. Quiero decir, a qué otras cosas se dedicaron.

Al analista en crisis con su profesión se le presentan varias alternativas. La primera es elaborar este conflictivo tema en su propio análisis, lo cual, si no resuelve su problemática, por lo menos contribuirá a solucionar la de otro profesional, su analista. Podrían incluso establecerse situaciones en las que cada analista tuviera a varios "en crisis" como pacientes, según propuso un avezado profesional cuyos conocimientos matemáticos eran nulos.

Tratemos ahora de conceptualizar cuáles serían las actividades alternativas para un analista. Podría, por ejemplo, dedicarse al periodismo. Esto implicaría una primera e importante dificultad, ya que es muy difícil conseguir notas, reportajes y primicias sin salir del consultorio. Por otro lado, tendría que renunciar a su Weltanshbauung (cosmovisión), en caso de tener una. Si no, se corre el riesgo de transmitir informaciones como ésta: "Berazategui, Argentina, urgente: un feroz malviviente eliminó a balazos a su mujer, pero en realidad quería matar a su madre, por haber elegido a su padre cuando él era pequeño"; o bien: "La policía reprimió duramente una manifestación del inconsciente popular, esgrimiendo su falo. Por su parte, el secretario de la central obrera solicitó un urgente aumento salarial, ya que el hambre no admite subrogados", terminando el flash informativo con un "Hay más significantes para este boletín".

Otra profesión cercana, muchas veces intuida por los analistas, es la de poeta. Muchos analistas proyectaron sus fantasías en ese sentido, pero vivir de la poesía es aun más difícil que vivir del psicoanálisis. Así y todo, hubo grupos de analistas que formaron "talleres de estudio lírico freudianos", que intentaron ponerles rima a las obras completas de Freud (en alemán), luego a las de Lacan, y finalmente, al no lograr un acuerdo, terminaron desarrollando diversas líneas psicoanalíticas.

Famoso fue el grupo "Le Vers Lacanien", traducido como "El verso lacaniano", que se reunía en sesiones de hasta cincuenta minutos con el fin de asociar poéticamente. A la primera palabra "coherente", la sesión se interrumpía, pues consideraban a la coherencia una "resistencia a poetizar". En homenaje a este grupo, publicaremos un "poema lacaniano" o "lacanema", el cual no fue desarrollado por el grupo homenajeado —que jamás logró coordinar una sola estrofa, dado que su propia metodología se lo impedía—, sino por un analista y paciente lacaniano en momentos en que se parapetaba tras el diván convertido en trinchera ante un ataque de la escuela alemana.

LACANEMA

Podría asociar los significantes más tristes esta sesión.
Asociar, por ejemplo, con la melancolía
la miel que algún anciano, en su lancha, olía
o la mela que un anco, en una lan colía
pero, tal como dije, asociarlo podría
potencial que remite a un otro remitente
que de afuera recibe, como un Otro presente
lo que un yo de ficción, defección le enviaría.
Podría asociar matemas muy tristes esta noche.
pero no lo voy a hacer. ¡Viva la resistencia!

Con un criterio claramente materialista y con fines de lucro, un supervisor poético decidió tomar algunas de las frases más logradas de sus alumnos y transformarlas en "pósters psi". Si bien se trataba de pequeñas estrofas, generalmente de contenido superficial, y con ilustraciones simples (un retrato del inconsciente, un diván iluminado por el sol, una lámina del test de Rorschach), eran muy solicitados por pacientes y analistas, que se los regalaban a sus respectivos analistas y pacientes, con motivo del fin de año, o para felicitarlos por una brillante interpretación, o para solicitarles que no abandonaran el tratamiento, o como manera de recordarles el pago puntual de los honorarios.

Algunos de los afiches, los más famosos quizá, decían frases como: "Amar es dar lo que no se tiene a quien no lo es", "Un analista que da consejos más que analista es un terapeuta de apoyo", "Al objeto a ¿por qué no lo atravesamos juntos?", "Hoy puede ser el comienzo de algo transferencialmente importante", "Dejemos aquí por este año, lo espero el primer martes del año que viene, en su horario", "Año nuevo, honorarios nuevos", "Ahora hay que poder elaborar" (tarjeta de condolencias), “Deseo tu falta” (declaración de amor), "Sos la completud de mi imagen narcisista" (para simbióticos), "Sublimemos nuestros impulsos sexuales en sus fines y objetos" (a un amigo) o hasta "Con una imago como la tuya, el deseo circula mucho más fluidamente" (para iniciar una relación amorosa).

Pero no sólo a la poesía se han dedicado los analistas en crisis. Un grupo de profesionales provenientes del kleinianismo, puso un "taller de reparación de objetos". La propuesta era interesante, el problema es que los clientes no se convencían de que el problema estaba en ellos, y no en la heladera, lavarropas o televisor que habían llevado a arreglar.
Es claro, entonces, que el concepto de crisis en psicoanálisis es complejo.
Por eso, es en mi condición de escritor que solicito que la dejemos aquí, por hoy.






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