viernes, 8 de agosto de 2008

Definición de ?

Hoy subimos la letra "P" del diccionario de Laplanche y pontalis. (Solo las letras "negritas")

Pantalla del sueño
Concepto introducido por B. D. Lewin: todo sueño se proyectaría sobre una pantalla blanca, generalmente inadvertida por el que sueña, y que simbolizaría el pecho materno tal como lo experimenta de una forma alucinada el niño en el sueño que sigue a la toma de alimento; la pantalla satisfaría el deseo de dormir. En algunos sueños (sueño blanco), aparecería sola, realizando una regresión al narcisismo primario.

Par antitético
Término frecuentemente utilizado por Freud para designar algunas grandes oposiciones básicas, ora al nivel de las manifestaciones psicológicas o psicopatológicas (por ejemplo: sadismo-masoquismo, voyeurismo-exhibicionismo), ora al nivel metapsicológico (por ejemplo: pulsiones de vida - pulsiones de muerte).

Parafrenia
A) Término propuesto por Kraepelin para designar psicosis delirantes crónicas que, como la paranoia, no se acompañan de debilitación intelectual ni evolucionan hacia la demencia, pero se asemejan a la esquizofrenia por sus construcciones delirantes ricas y mal sistematizadas, a base de alucinaciones y fabulaciones.
B) Término propuesto por Freud para designar, sea la esquizofrenia («parafrenia propiamente dicha»), sea el grupo paranoia-esquizofrenia.
En la actualidad, la acepción de Kraepelin ha prevalecido totalmente sobre la propuesta por Freud.

Paranoia
Psicosis crónica caracterizada por un delirio más o menos sistematizado, el predominio de la interpretación, la ausencia de debilitación intelectual, y que generalmente no evoluciona hacia la deterioración.
Freud incluye en la paranoia no sólo el delirio de persecución, sino también la erotomanía, el delirio celotípico y el delirio de grandezas.

Perversión
Desviación con respecto al acto sexual «normal», definido como coito dirigido a obtener el orgasmo por penetración genital, con una persona del sexo opuesto.
Se dice que existe perversión: cuando el orgasmo se obtiene con otros objetos sexuales (homosexualidad, paidofilia, bestialidad, etc.) o por medio de otras zonas corporales (por ejemplo, coito anal); cuando el orgasmo se subordina imperiosamente a ciertas condiciones extrínsecas (fetichismo, transvestismo, voyeurismo y exhibicionismo, sadomasoquismo); éstas pueden incluso proporcionar por sí solas el placer sexual.
De un modo más general, se designa como perversión el conjunto del comportamiento psicosexual que acompaña a tales atipias en la obtención del placer sexual.

Phantasme
Grafía propuesta por Suzan Isaacs y adoptada por diversos autores y traductores para designar la fantasía inconsciente y señalar su diferencia con la fantasía consciente (véase: comentario de Fantasía).

Placer de órgano
Modalidad de placer que caracteriza la satisfacción autoerótica de las pulsiones parciales: la excitación de una zona erógena se apacigua en el lugar mismo en que se produce, independientemente de la satisfacción de las otras zonas y sin relación directa con la realización de una función.

Plasticidad de la libido
Capacidad de la libido de cambiar más o menos fácilmente de objeto y de modo de satisfacción.

Posición depresiva
Según Melanie Klein: tipo de relaciones de objeto consecutivo a la posición paranoide; comienza alrededor del cuarto mes y se supera progresivamente en el curso del primer año, aun cuando pueda encontrarse también en el curso de toda la infancia y reactivarse en el adulto, especialmente en el duelo y en los estados depresivos.
Se caracteriza por los siguientes rasgos: el niño es, en lo sucesivo, capaz de aprehender a la madre como objeto total; se atenúa la escisión entre objeto «bueno» y «malo», las pulsiones libidinales y hostiles tienden a relacionarse con el mismo objeto; la angustia llamada depresiva se refiere al peligro fantaseado de destruir y perder a la madre a consecuencia del sadismo del sujeto; esta angustia es combatida mediante diversos modos de defensa (defensas maníacas o defensas más adecuadas: repartición, inhibición de la agresividad) y se supera cuando el objeto amado es introyectado en forma estable y aseguradora

Posición paranoide
Según Melanie Klein, modalidad de las relaciones de objeto específica de los cuatro primeros meses de la existencia, pero que puede volver a encontrarse durante la infancia y, en el adulto, especialmente en los estados paranoico y esquizofrénico.
Se caracteriza por los siguientes rasgos: las pulsiones agresivas coexisten desde un principio con las pulsiones libidinales y son singularmente intensas; el objeto es parcial (principalmente el pecho materno) y se halla escindido en dos, el objeto «bueno» y el «malo»; los procesos psíquicos que predominan son la introyección y la proyección; la angustia, intensa, es de naturaleza persecutoria (destrucción por el objeto «malo»).

Posterioridad, posteriormente, con posterioridad
Palabra utilizada frecuentemente por Freud en relación con su concepción de la temporalidad y de la causalidad psíquica: experiencias, impresiones y huellas mnémicas son modificadas ulteriormente en función de nuevas experiencias o del acceso a un nuevo grado de desarrollo. Entonces pueden adquirir, a la par que un nuevo sentido, una eficacia psíquica.

Preconsciente
A) Término utilizado por Freud dentro del marco de su primera tópica: como substantivo, designa un sistema del aparato psíquico claramente distinto del sistema inconsciente (Ics); como adjetivo, califica las operaciones y los contenidos de este sistema preconsciente (Pcs). Éstos no están presentes en el campo actual de la conciencia y son, por consiguiente, inconscientes en el sentido «descriptivo» del término (véase: inconsciente, B), pero se diferencian de los contenidos del sistema inconsciente por el hecho de que son accesibles a la conciencia (por ejemplo, conocimientos y recuerdos no actualizados).
Desde el punto de vista metapsicológico, el sistema preconsciente se halla regido por el proceso secundario. Está separado del sistema inconsciente por la censura, que no permite que los contenidos y procesos inconscientes pasen al Pcs sin experimentar transformaciones.
B) Dentro de la segunda tópica freudiana, el término «preconsciente» se utiliza, sobre todo, como adjetivo, para calificar lo que escapa a la conciencia actual sin ser inconsciente en sentido estricto. Desde el punto de vista sistemático, califica los contenidos y procesos relativos esencialmente al yo y también al superyó.

Preedípico
Califica el período del desarrollo psicosexual anterior a la instauración del complejo de Edipo; en este período predomina, en ambos sexos, el lazo con la madre.

Pregenital
Adjetivo que califica las pulsiones, las organizaciones, las fijaciones, etc., que se relacionan con el período del desarrollo psicosexual en el cual no se ha establecido aún la primacía de la zona genital (véase: Organización).


Principio de constancia
Principio enunciado por Freud, según el cual el aparato psíquico tiende a mantener la cantidad de excitación en él contenida a un nivel tan bajo o, por lo menos, tan constante como sea posible. Esta constancia se obtiene, por una parte, mediante la descarga de la energía ya existente; por otra, mediante la evitación de lo que pudiera aumentar la cantidad de excitación, y la defensa contra este aumento.

Principio de inercia (neurónica)
Principio de funcionamiento del sistema neurónico, postulado por Freud en el Proyecto de psicología científica (Entwurf einer Psychologie, 1895): las neuronas tienden a evacuar completamente las cantidades de energía que reciben.

Principio de Nirvana
Término propuesto por Barbara Low y recogido por Freud para designar la tendencia del aparato psíquico a reducir a cero o, por lo menos, a disminuir lo más posible en sí mismo toda cantidad de excitación de origen externo o Interno.

Principio de placer
Uno de los dos principios que, según Freud, rigen el funcionamiento mental: el conjunto de la actividad psíquica tiene por finalidad evitar el displacer y procurar el placer. Dado que el displacer va ligado al aumento de las cantidades de excitación, y el placer a la disminución de las mismas, el principio de placer constituye un principio económico.

Principio de realidad
Uno de los dos principios que, según Freud, rigen el funcionamiento mental. Forma un par con el principio del placer, al cual modifica: en la medida en que logra imponerse como principio regulador, la búsqueda de la satisfacción ya no se efectúa por los caminos más cortos, sino mediante rodeos, y aplaza su resultado en función de las condiciones impuestas por el mundo exterior.
Considerado desde el punto de vista económico, el principio de realidad corresponde a una transformación de la energía libre en energía ligada; desde el punto de vista tópico, caracteriza esencialmente el sistema preconsciente-consciente; desde el punto de vista dinámico, el psicoanálisis intenta basar el principio de realidad sobre cierto tipo de energía pulsional que se hallaría más especialmente al servicio del yo (véase: Pulsiones del yo).

Proceso primario, proceso secundario
Son los dos modos de funcionamiento del aparato psíquico, tal como fueron descritos por Freud.
Pueden ser radicalmente distinguidos:
a) desde el punto de vista tópico: el proceso primario caracteriza el sistema inconsciente, mientras que el proceso secundario caracteriza el sistema preconsciente-consciente.
b) desde el punto de vista económico-dinámico: en el caso del proceso primario, la energía psíquica fluye libremente, pasando sin trabas de una representación a otra según los mecanismos del desplazamiento y de la condensación; tiende a recatectizar plenamente las representaciones ligadas a las experiencias de satisfacción constitutivas del deseo (alucinación primitiva). En el caso del proceso secundario, la energía es primeramente «ligada» antes de fluir en forma controlada; las representaciones son catectizadas de una forma más estable, la satisfacción es aplazada, permitiendo así experiencias mentales que ponen a prueba las distintas vías de satisfacción posibles.
La oposición entre proceso primario y proceso secundario es correlativa de la existente entre principio de placer y principio de realidad.

Protector o protección contra las excitaciones
Término utilizado por Freud, dentro del marco de un modelo psicofisiológico, para designar una determinada función y el aparato que le sirve de soporte. La función consiste en proteger (schützen) al organismo contra las excitaciones provenientes del mundo exterior que, por su intensidad, ofrecerían el peligro de destruirlo. Este aparato se concibe como una capa superficial que envuelve al organismo y filtra pasivamente las excitaciones.

Proyección
A) Término utilizado, en un sentido muy general, en neurofisiología y en psicología para designar la operación mediante la cual un hecho neurológico o psicológico se desplaza y se localiza en el exterior, ya sea pasando del centro a la periferia, ya sea del sujeto al objeto. Este sentido implica acepciones bastante diferentes
B) En sentido propiamente psicoanalítico, operación por medio de la cual el sujeto expulsa de sí y localiza en el otro (persona o cosa) cualidades, sentimientos, deseos, incluso «objetos», que no reconoce o que rechaza en sí mismo. Se trata de una defensa de origen muy arcaico que se ve actuar particularmente en la paranoia, pero también en algunas formas de pensamiento «normales», como la superstición.

Prueba de realidad
Proceso postulado por Freud, que permite al sujeto distinguir los estímulos procedentes del mundo exterior de los estímulos internos, y prevenir la posible confusión entre lo que el sujeto percibe y lo que meramente se representa, confusión que se hallaría en el origen de la alucinación.

Psicoanálisis
Disciplina fundada por Freud y en la que, con él, es posible distinguir tres niveles:
A) Un método de investigación que consiste esencialmente en evidenciar la significación inconsciente de las palabras, actos, producciones imaginarias (sueños, fantasías, delirios) de un individuo. Este método se basa principalmente en las asociaciones libres del sujeto, que garantizan la validez de la interpretación. La interpretación psicoanalítica puede extenderse también a producciones humanas para las que no se dispone de asociaciones libres.
B) Un método psicoterápico basado en esta investigación y caracterizado por la interpretación controlada de la resistencia, de la transferencia y del deseo. En este sentido se utiliza la palabra psicoanálisis como sinónimo de cura psicoanalítica; ejemplo: emprender un psicoanálisis (o un análisis).
C) Un conjunto de teorías psicológicas y psicopatológicas en las que se sistematizan los datos aportados por el método psicoanalítico de investigación y de tratamiento.

Psicoanálisis salvaje
En sentido amplio, tipo de intervenciones de «analistas» aficionados o inexpertos, que se basan en conceptos psicoanalíticos a menudo mal comprendidos para interpretar síntomas, sueños, palabras, actos, etc. En sentido más técnico, se califica de salvaje una interpretación que no tiene en cuenta una determinada situación analítica, en su singularidad y en su dinámica actual, en especial revelando directamente el contenido reprimido sin tener en cuenta las resistencias y la transferencia.

Psiconeurosis
Término utilizado por Freud para caracterizar, contraponiéndolas a las neurosis actuales, las afecciones psíquicas cuyos síntomas constituyen la expresión simbólica de los conflictos infantiles, a saber, las neurosis de transferencia y las neurosis narcisistas.

Psiconeurosis de defensa
Término utilizado por Freud durante los años 1894-1896 para designar cierto número de afecciones psiconeuróticas (histeria, fobia, obsesión, ciertas psicosis), poniendo en evidencia en ellas el papel, descubierto en la histeria, del conflicto defensivo.
Una vez adquirida la idea de que, en toda psiconeurosis, la defensa desempeña una función esencial, el término «psiconeurosis de defensa», que estaba justificado por su valor heurístico, desaparece a expensas del de psiconeurosis.

Psicosis
1° En clínica psiquiátrica, el concepto «psicosis» se toma casi siempre en una extensión extremadamente amplia, comprendiendo toda una serie de enfermedades mentales, tanto si son manifiestamente organogenéticas (como la parálisis general progresiva) como si su causa última es problemática (como la esquizofrenia).
2 ° El psicoanálisis no se ocupó desde un principio de construir una clasificación que abarcara la totalidad de las enfermedades mentales de las que trata la psiquiatría; su interés se dirigió primero sobre las afecciones más directamente accesibles a la investigación analítica y, dentro de este campo, más restringido que el de la psiquiatría, las principales distinciones se establecieron entre las perversiones, las neurosis y las psicosis.
Dentro de este último grupo, el psicoanálisis ha intentado definir diversas estructuras: paranoia (en la que incluye, de un modo bastante general, las enfermedades delirantes) y esquizofrenia, por una parte; por otra, melancolía y manía. Fundamentalmente, es una perturbación primaria de la relación libidinal con la realidad lo que, según la teoría psicoanalítica, constituye el denominador común de las psicosis, siendo la mayoría de los síntomas manifiestos (especialmente la construcción delirante) tentativas secundarias de restauración del lazo objetal.

Psicoterapia
A) En sentido amplio, todo método de tratamiento de los desórdenes psíquicos o corporales que utilice medios psicológicos y, de manera más precisa, la relación del terapeuta con el enfermo: hipnosis, sugestión, reeducación psicológica, persuasión, etc.; en este sentido, el psicoanálisis es una forma de psicoterapia.
B) En sentido más estricto, a menudo se opone el psicoanálisis a las diversas formas de psicoterapia, por diversas razones, especialmente: la función primordial que en él desempeña la interpretación del conflicto inconsciente y el análisis de la transferencia, que tiende a su resolución.
C) Con el nombre de «psicoterapia analítica» se designa una forma de psicoterapia basada en los principios teóricos y técnicos del psicoanálisis, aunque sin realizar las condiciones de una cura psicoanalítica rigurosa.

Pulsión
Proceso dinámico consistente en un empuje (carga energética, factor de motilidad) que hace tender al organismo hacia un fin. Según Freud, una pulsión tiene su fuente en una excitación corporal (estado de tensión); su fin es suprimir el estado de tensión que reina en la fuente pulsional; gracias al objeto, la pulsión puede alcanzar su fin.

Pulsión agresiva
Designa, para Freud, las pulsiones de muerte, en tanto que dirigidas hacia el exterior. El fin de la pulsión agresiva es la destrucción del objeto.

Pulsión de apoderamiento
Término utilizado ocasionalmente por Freud, sin que su empleo pueda codificarse con precisión. Entiende por tal una pulsión no sexual, que sólo secundariamente se une a la sexualidad, y cuyo fin consiste en dominar el objeto por la fuerza.

Pulsión destructiva o destructora
Término utilizado por Freud para designar las pulsiones de muerte, desde una perspectiva más cercana a la experiencia biológica y psicológica. En ocasiones su extensión es la misma que la del término «pulsión de muerte», pero más a menudo califica la pulsión de muerte en tanto que orientada hacia el mundo exterior. En este sentido más específico, Freud utiliza también el término «pulsión agresiva» (Aggressionstrieb).

Pulsión parcial
Se designan con este término los elementos últimos a los que llega el psicoanálisis en el análisis de la sexualidad. Cada uno de estos elementos viene especificado por una fuente (por ejemplo, pulsión oral, pulsión anal) y un fin (por ejemplo, pulsión de ver, pulsión de apoderamiento).
La palabra «parcial» no significa solamente que las pulsiones parciales constituyan especies pertenecientes a la clase de la pulsión sexual en general; debe tomarse sobre todo en un sentido genético y estructural: las pulsiones parciales funcionan al principio independientemente y tienden a unirse en las diferentes organizaciones libidinales.

Pulsión sexual
Empuje interno que el psicoanálisis ve actuar en un campo mucho más extenso que el de las actividades sexuales en el sentido corriente del término. En él se verifican eminentemente algunos de los caracteres de la pulsión, que la diferencian de un instinto: su objeto no está predeterminado biológicamente, sus modalidades de satisfacción (fines) son variables, más especialmente ligadas al funcionamiento de determinadas zonas corporales (zonas erógenas), pero susceptibles de acompañar a las más diversas actividades, en las que se apoyan. Esta diversidad de las fuentes somáticas de la excitación sexual implica que la pulsión sexual no se halla unificada desde un principio, sino fragmentada en pulsiones parciales, que se satisfacen localmente (placer de órgano).
El psicoanálisis muestra que la pulsión sexual en el hombre se halla íntimamente ligada a un juego de representaciones o fantasías que la especifican. Sólo al final de una evolución compleja y aleatoria, se organiza bajo la primacía de la genitalidad y encuentra entonces la fijeza y la finalidad aparentes del instinto.
Desde el punto de vista económico, Freud postula la existencia de una energía única en las transformaciones de la pulsión sexual: la libido.
Desde el punto de vista dinámico, Freud ve en la pulsión sexual un polo necesariamente presente del conflicto psíquico: es el objeto privilegiado de la represión en el inconsciente.

Pulsiones de autoconservación
Término mediante el cual Freud designa el conjunto de las necesidades ligadas a las funciones corporales que se precisan para la conservación de la vida del individuo; su prototipo viene representado por el hambre. Dentro de su primera teoría de las pulsiones, Freud contrapone las pulsiones de autoconservación a las pulsiones sexuales.
Pulsiones de muerte
Dentro de la última teoría freudiana de las pulsiones, designan una categoría fundamental de pulsiones que se contraponen a las pulsiones de vida y que tienden a la reducción completa de las tensiones, es decir, a devolver al ser vivo al estado inorgánico.
Las pulsiones de muerte se dirigen primeramente hacia el interior y tienden a la autodestrucción; secundariamente se dirigirían hacia el exterior, manifestándose entonces en forma de pulsión agresiva o destructiva.

Pulsiones de vida
Gran categoría de pulsiones que Freud contrapone, en su última teoría, a las pulsiones de muerte. Tienden a constituir unidades cada vez mayores y a mantenerlas. Las pulsiones de vida, que se designan también con el término «Eros», abarcan no sólo las pulsiones sexuales propiamente dichas, sino también las pulsiones de autoconservación.

Pulsiones del Yo
Dentro del marco de la primera teoría de las pulsiones (tal como fue formulada por Freud en los años 1910-1915), las pulsiones del yo designan un tipo específico de pulsiones cuya energía se sitúa al servicio del yo en el conflicto defensivo; son asimiladas a las pulsiones de autoconservación y se oponen a las pulsiones sexuales.


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