viernes, 13 de junio de 2008

Algunos apuntes acerca de la técnica (Rudy) parte 2


Algunos apuntes acerca de la técnica (Parte 1)

Los "análisis"

Pero si nos referimos a la técnica, no podemos dejar de mencionar ciertos tipos de desviaciones, variantes inexplicables —pero que las hay, las hay— de la práctica psicoanalítica.

ANÁLISIS PROFANO: Es cuando el terapeuta no está habilitado profesionalmente, ya sea por su título o por sus conocimientos, para ejercer el análisis.
ANÁLISIS PROAFANO: Es cuando lo único que busca el analista es el dinero del paciente.
ANÁLISIS SILVESTRE: Es cuando se practica el análisis en un ambiente extraño al mismo. Por ejemplo, en una selva.
ANÁLISIS POSTAL: Es cuando se practica el análisis por correo. Así lo hacía Freud al inicio de su carrera, con Fliess.
ANÁLISIS DECO: El paciente es un excéntrico filántropo y decide que para decorar su mansión no alcanza con flores y cuadros, que le vendría bien un psicoanalista que le haga juego con el diván. Entonces contrata a uno y le paga a tal efecto.
ANÁLISIS DE MERCADO: Esta variante surge a partir del concepto lacaniano de "demanda de análisis". O sea, el analista debe tener en cuenta la real necesidad de análisis mostrada por el paciente, y decidir si lo tomará o no en tratamiento. Pero la demanda de análisis tiene su contraparte, la "oferta de análisis". Aquí es el paciente quien estudia las posibilidades, líneas, escuelas, y luego opta por la que le conviene (hay analistas que ofrecen "tres sesiones al precio de dos" o " se curan dos, paga uno", etc.). Del libre juego de la "oferta" y la "demanda" surgirá el "marketinc", o "análisis de mercado".
ANÁLISIS CAMPESTRE: Es cuando el analista toma mate y usa bombacha y chiripá, las supervisiones se llevan a cabo en la pulpería, y las sesiones se llevan a cabo mediante payadas, en tiempo de milonga, como ésta:

PACIENTE:
Dígame usted, licenciado,
qué significa este sueño
porque por más que me empeño
no encuentro el significado:
soñé que yo estaba al lado
de una morocha de aquéllas
que era un miñón cinco estrellas
que acelera el corazón
y apareció otro chabón
que al final... se fue con ella.

ANALISTA:
Ya le interpreto ese sueño
de la morocha traidora
de la que usted se enamora
pero ella... tiene otro dueño.
Sabemos desde milenios
que los sueños de ese tipo
nos remiten al Edipo
que a todo el mundo acompleja
la morocha era su vieja
y su viejo... el otro tipo.

PACIENTE:
Me parece, licenciado,
que esta vez falló la bocha
mi vieja no era morocha
creo que se ha equivocado.
Es cierto que estoy atado
a mi mamá con cordón
la quiero de corazón
y ella siempre fue mi guía
¡la morocha era mí tía
y el tipo era Don Ramóoon!

ANALISTA:
Fíjese entonces, Conrado,
como yo tenía razón.
Hay deseo y represión,
no me había equivocado.
Usted puede haber buscado
mil palabras elocuentes
pero el discurso consciente
no va a engañar a este quía:
su mamá es como su tía
si hablamos del inconscieeente...

PACIENTE:
Usted dirá, licenciado,
que anda mal la transferencia
pero por más resistencia
esto ya no es de mi agrado
las sesiones he pagado
puntualmente, hasta en febrero
lo he escuchado con esmero
sin emitir una queja:
¡No se meta con mi vieja,
que eso es algo muy fuleroooo!

ANALISTA:
Usted no entiende, Conrado,
y esto es algo de importancia
yo me refiero a su infancia
hablo de un tiempo pasado
usté era un niño educado
que admiraba a los cowboys
y como diría Freud
reprimía sus deseos
y si le parece feo
dejamos, aquí por hooooy...

Estos versos, que bien podrían haber sido publicados en Martínc Fierro, las aventuras de un gaucho que deja el tratamiento y huye a analizarse con los indios, nos muestran sólo algunos aspectos de la técnica campestre. Para más datos, recomendamos leer "La guitarra como objeto fetiche", "Sobre un tipo especial de elección de chiripá" y "Pampa terminable e interminable".


Conclusiones

Los últimos párrafos de este mismo artículo ilustran lo que puede ocurrir cuando se dejan de lado los recursos técnicos: se pueden armar verdaderas payadas terminables o interminables, como en este caso. O bien, a que se rompa la armonía del tratamiento, como en este caso. O, finalmente, a que alguien intente resumir los recursos técnicos del psicoanálisis y falle, como en este caso.






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