La clase de hoy tiene como título el Otro y nada mejor para comenzar que el retorno a Freud. En una de las cartas dirigidas a Fliess, la 52, dice: "Los accesos de vértigo y de llanto están dirigidos a ese otro, pero sobre todo a ese otro prehistórico e inolvidable que nunca pudo llegar a ser igualado". A medida que vayamos desplegando qué es lo que Lacan entiende por Otro la frase de Freud ira adquiriendo interesantes resonancias.
Digamos primero que el Otro es alteridad radical, recuerden la otra escena de la que hablaba Freud a propósito de los sueños. Ya habíamos dicho que el Otro, (A), vean el grafo de la clase anterior, es quien sanciona el mensaje. Ahora tenemos que precisar que no se trata de alguien; es una alteridad no personal. Es el lugar donde el decir es leído y sancionado como dicho. Lacan dirá que es un sitio para destacar que no es un lugar espacial; de aquí se desprende que es el tesoro del significante y las reglas de su empleo.
Dijimos ni alteridad personal ni lugar espacial. Sin embargo alguien puede encarnar al Otro, pero presten atención: que el interlocutor esté para el hablante en el lugar del Otro, no quiere decir que lo sea. Usamos deliberadamente el verbo encarnar para dejar traslucir que se trata de una carnada, que como en la pesca es un engaño. Es que el Otro no es el interlocutor sino el lugar evocado en el recurso a la palabra. Aclaramos que cuando decimos palabra aludimos al habla en el sentido saussureano.
El Otro es el compañero del lenguaje, mas precisamente el hecho de que haya lenguaje implica que el habla este dirigida a un otro. Para que este otro pueda sancionar una palabra como tal es necesaria la función del Otro como tesoro del significante. Desde esta perspectiva ¿que se dice cuando se habla de dependencia? Se tiende a pensar que se trata de dependencia con respecto a alguien: la llamada dependencia afectiva. En verdad no hay dependencia que no sea dependencia del lenguaje. Vayamos a Freud y a su "Proyecto...". En el punta titulado "La experiencia de satisfacción", se plantea que el organismo humano es incapaz al principio de realizar por si solo acciones especificas (tendientes a lograr el retorno al equilibrio de cantidad); ante las cargas solamente puede recorrer la vía de la alteración interior (grito, expresión de las emociones, etc.); este modo de descarga ineficaz es sancionado como mensaje por el asistente, quien con su ayuda permite realizar la acción especifica. La vía de descarga adquiere la función secundaria del entendimiento; según Ballesteros, de la comunicación. Remarquemos que la función de la comunicación es un efecto del encuentro con el Otro. Es obvio que se depende de alguien, pero de alguien que diga que el sujeto dice: función que no podría cumplir si no estuviera soportado por el lenguaje.
Lo dicho hasta ahora nos lleva al Otro de la primera dependencia: la madre, que es quien primordialmente encarna al Otro. Es en la madre como función donde el sujeto se encuentra con el significante -de ahí que se hable de lengua materna-, no con el código de la madre sino con el lugar del Otro que la madre encarna. Esto demuestra que el lenguaje siempre viene del Otro. El sujeto mas que con la madre se encuentra con el significante en la madre. En tanto ella encarna al Otro el sujeto puede tener la ilusión de una relación intersubjetiva, cuando en verdad se encuentra con la radical alteridad del significante.
Reflexionemos sobre esta radical alteridad. Nada resulta tan extraño y ajeno como lo inconsciente. Seguramente ustedes habrán escuchado la formula de Lacan, "El inconsciente es el discurso del Otro"; agreguemos que es ese discurso el que instaura en el sujeto ese lugar Otro que es el inconsciente. Digamos mejor que es sujeto el que es instaurado en ese lugar ya que habla a partir de allí. Tomemos el ejemplo del lapsus y la pregunta que se impone: ¿quien habla en el lapsus? Conocemos por Freud la respuesta la que implica que el verdadero sujeto de la palabra es el inconsciente.
Seguramente encontraran la mayor dificultad para entender esto en el hecho de que, como dice Lacan, quien (habla y a quien se habla suponen una misma pregunta y una misma, respuesta: el Otro. Antes dijimos que el Otro es el tesoro del significante, ahora decimos que es lo inconsciente, y agreguemos, las leyes del inconsciente son las leyes del significante o sea su articulación. Insistamos: el significante es consustancial a la articulación, no es otra cosa que la articulación. Cuando planteamos que el significante es diferencia, esta diferencia aparece sostenida en la articulación. Afirmación tan fuerte en Lacan que llega a decir que no hay nada que se nos presente como articulado que no sea significante, "... solo se habla de articulación en el mundo porque esta el significante".
Hay también un sentido de apelación al Otro; de hecho hablar es llamar al Otro porque el Otro es el lugar donde el decir se plantea como verdadero. Señalemos de paso que el problema de la verdad solo puede ser planteado y solo es atinente al significante y por lo tanto al Otro como lugar. Si hablar es llamar al Otro para situar la verdad de lo que se dice, entonces hablar es hacer resurgir la verdad cada vez que se habla. La verdad entonces no tiene características de permanencia, por así decirlo, sino que no es más que fugacidad.
La función del Otro determina la posición del sujeto; con esto queremos decir, por ejemplo, su posición dentro de la cadena de las generaciones, lo que evoca la función paterna con todo lo de orden e interdicción que supone. Piensen que no habría posibilidad de ubicarse generacionalmente si no fuese en una articulación significante; seria impensable ser hijo de un padre fuera del campo del lenguaje.
Faltaría agregar que el Otro es también el Otro sexo, mas específicamente la mujer (en rigor deberíamos tachar el la) es el Otro sexo tanto para el hombre como para una mujer. Recuerden el enigma de la femineidad del que hablaba Freud.
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lunes, 4 de agosto de 2008
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2 comentarios:
Muy bien explicado. Te felicito. Lo he entendido a la perfección! Sigue publicando más articulos desglosados de la teoría lacaniana para aprender más! Saludos.
Excelente explicación, clara y concisa. Podría explicitar que textos de Lacan utilizo como referencia bibliográfica. Gracias!
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