lunes, 21 de julio de 2008

Una Introducción a Lacan (Parte 5)

5. EL SUJETO Y EL SIGNIFICANTE.
GRAFO I

Vamos a tratar de introducirlos hoy a ciertos grafos de Lacan que encontraran fundamentalmente en dos seminarios: "Las formaciones del inconsciente" y "El deseo y su interpretación", y en los Escritos en "La subversión del sujeto ... ". Estos grafos no intentan ser una representación, en el sentido de ofrecer a la percepción una imagen del aparato psíquico, sino que intentan, dice Lacan, “... ubicar en su nivelación la estructura mas ampliamente practica de los datos de nuestra experiencia". Por ejemplo, Lacan advirtió sobre las consecuencias nefastas que trajo para la lectura de "El yo y el ello" el esquema representativo del aparato psíquico que Freud insertó en el capitulo II; en ese caso la pregnancia de la imagen hizo olvidar el análisis que la sostenía.
Con estos grafos, dijimos, Lacan da cuenta de la experiencia psicoanalítica de una manera más lógica que intuitiva; pero es necesario reiterar que estos grafos de nada valdrían aislados de la reflexión que los hace funcionar. No es una representación grafica sino la topología lacaniana que es la topología del sujeto.
Vamos, entonces, al primer grafo, que introduce “la relación del sujeto con el significante reducida a lo observable del hecho lingüístico".
En tanto el significante y el significado se deslizan, el grafo permite dar cuenta de que esto no ocurre en un solo punto. Delta (∆), el punta de partida, es una notación que ubica a un viviente mítico que parte des de la necesidad. Si fuera un animal partiría en línea recta hacia el objeto de su satisfacción.
Pero lo que Ie ocurre a este viviente mítico que suponemos, es que antes de encontrarse con el objeto debe pedirlo; el asunto es si una vez pedido es posible encontrarlo.
Por ahora constatemos un hecho: ya no va directamente al objeto sino que tiene que hacerse entender.
El punto C es el lugar de lo que por ahora llamaremos código, lugar donde el sujeto mítico se encuentra con lo sincrónico del lenguaje. En verdad, esto no es sino la batería significante y las leyes de su empleo. El punto M es lo que en una época Lacan llamo mensaje







Supongamos por el momento, lo que no es estrictamente cierto, que el sujeto de la necesidad tuviera una intencionalidad lingüística.
Entonces, debería tomar del código los significantes y las reglas con las cuales componer su mensaje; esto en el punto C que es sincrónico, lo que quiere decir que en cada acto de palabra esta presente toda la batería significante y las leyes de su empleo. Pero el mensaje supone una dimensión temporal, es decir, diacrónica. Esta dimensión diacrónica es lo que se escribe como la línea S S'
Habíamos dicho que el sujeto mítico partido de la necesidad iba en busca del objeto de su satisfacción; también dijimos que debía pedirlo. El punto C indica el lugar donde se encuentra con el lenguaje como obstáculo al hallazgo del objeto, esto lo desvía hacia el punto M, donde el mensaje (el pedido) se produce. Observemos que si se tratara de signos el mensaje terminaría allí, puesto que al tiempo que elige los significantes, con ellos iría el significado. Pero por tratarse de significantes, en el sentido que el psicoanálisis da a esta palabra, el circuito de la significación no se cierra en la producción del mensaje, sino que debe esperar la sanción del código.
La línea SS' es la diacronía del significante, esta compuesta precisamente por significantes, o sea, por elementos discretos. El segmento MC tiene trazo pleno en el grafo, para indicar de ese modo que se trata de un mensaje, de algo que es sancionado como una unidad de significación. Dicho de otro modo, lo que era discreto aparece continuo por que hay una unidad de sentido.
¿Pero como es que se produjo el mensaje? Para explicarlo Lacan emplea como ejemplo el punto de almohadillado. Es lo que se conoce en tapicería como capitoné. Ingenuamente uno pensaría que esos botones aparecen cosidos uno a uno y esto seria análogo a los signos en el sentido saussureano. En verdad el capitoné no se hace así,- sino que se trata de un entrecruzamiento de hilos que por tensión producen las depresiones en la superficie, también llamadas puntos de almohadillado. Lo que hay que retener es que todos estos puntos se producen simultáneamente al tirar de los hilos y no uno a uno. La puntuación de una frase es análoga a la tensión de los hilos; tiene por resultado el abrochamiento del sentido que resulta retroactivo y que se presenta como una unidad. Ejemplifiquemos:
Un.
Un hombre.
Un hombre bien.
Un hombre bien parecido.
Un hombre bien parecido al mono.
Otro ejemplo: "Un dulce lamentar de dos pastores" (verso de Garcilaso) que escandido según la regia del endecasílabo da: Un dulce lamen tarde dos pastores. Este ultimo ejemplo ilustra mejor el efecto de la puntuación, que se produce cada vez que alguien sanciona un mensaje como tal.
Volvamos al grafo: un sujeto mítico parte de ∆, se encuentra en C con el tesoro del significante, produce un decir en M que tiene que llegar a un interlocutor en C para ser sancionado como mensaje. La sanción del mensaje es la línea superior que va de C a M. Lo que era intencionalidad lingüística de C a M es ahora lo que el interlocutor ha sancionado. Volviendo al ejemplo: el locutor quiere decir la primera versión de la frase de Garcilaso y el que escucha sanciona la segunda. La dirección opuesta de los segmentos MC y CM marca en el grafo el efecto retroactivo, lo que Freud llamo nachtraglich, el apres coup de los franceses.
Como se darán cuenta el empleo de términos tales como código y mensaje esta demasiado contaminado de una ideología comunicacionalista, y justamente lo que se revela con el ejemplo que pusimos es que la comunicación es fallida. Creemos que ya se advierte claramente que esto ocurre porque se trata del significante y no del signo. Por lo dicho, Lacan reemplazara código por "tesoro del significante" anotado con la letra A; este pasaje de notación (a la letra A) implica y permite una serie de operaciones que no atañen a una simple cuestión terminológica. Por ahora digamos que se trata de un sitio pensado como el lugar desde donde parte el mensaje, se dirige el mensaje y donde es sancionado como tal, vale decir, leído. Antes hablábamos de un interlocutor, ahora se trata del lugar donde el sujeto se encuentra con el tesoro del significante como lugar de la sanción. También cambiara mensaje por "significado del Otro", puesto que ahora la cuestión es como A sanciona un decir retroactivamente. Digamos de paso que A es el Otro (Autre).
EI segmento ∆ A (antes ∆ C) aparece como línea punteada para evocar como las necesidades son afectadas anticipadamente por el significante.
En cuanto a $ ubicado al final del circuito de la intencionalidad, quiere decir que el sujeto mítico, lo que llamamos el viviente, ha sido anulado en su intencionalidad por el poder de la sanción del Otro. De aquí se deduce que así como Lacan tuvo que reemplazar código por A y mensaje por significado del Otro -lo que se anota s. (A)-, será necesario sustituir la intencionalidad del sujeto por el sujeto barrado. (Aunque la traducción correcta seria "tachado", preferimos “barrado” porque evoca la barra del algoritmo) Barra que no es otra que la del algoritmo. El viviente que partía de un estado mítico se ha transformado en un sujeto barrado, y su intencionalidad ha sido abolida.
Como dijimos antes este grafo responde a necesidades lógicas; agreguemos ahora: no genéticas. No existe el sujeto mítico desde el vamos, sino que aparece formulado por un efecto retroactivo. Incluso antes de que hable esta barrado en tanto el lenguaje lo preexiste. Por eso en otros grafos Lacan pondrá en el punto de partida al sujeto ya barrado.

Partes publicadas:

Parte 1

Parte 2

Parte 3

Parte 4

Parte 5

Parte 6




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